El material con el que se hacen los implantes es el titanio, un material de alta biocompatibilidad con el organismo humano, es decir la tolerancia es absoluta y por ello no se producen tampoco reacciones alérgicas.
Lo que en alguna ocasión puede ocurrir es que no se llegue a la completa osteointegración, es decir, la conexión estructural, funcional y directa de el hueso humano y la parte superficial del implante que es el que soporta la carga funcional.
¿A qué se puede deber esto?, pues a un entorno quirúrgico poco adecuado, a problemas técnicos durante la implantación, falta de formación del profesional… pero también se puede deber a situaciones cuyo origen es el propio paciente, por ejemplo, mala higiene del paciente, exceso de tabaquismo, un tipo de hueso del paciente inadecuado entre otros.
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